En teoría, sí.
Practicar sexo anal es igual de seguro que practicar sexo
vaginal. Pero como bien sabemos, hay maneras más o menos seguras de
mantener relaciones.
Se estima que el 90% de los hombres que tienen sexo con
hombres, y de un 5 a un 10% de las mujeres sexualmente activas practican
relaciones sexuales anales receptivas.
Mientras que algunas personas encuentran el sexo anal
placentero, la práctica tiene desventajas y requiere medidas especiales de
seguridad.
Condones
La mayoría de estudios demuestran que los hombres y mujeres
heterosexuales, usa condones con menos frecuencia durante el sexo anal, en
comparación con el sexo vaginal. Teniendo en cuenta que el sexo anal conlleva
mayor riesgo de contraer infecciones o
enfermedades de transmisión sexual, debe utilizarse condón siempre que se
practique sexo anal. Los preservativos extra seguros suelen ser los más recomendados para la práctica de sexo anal, ya que son más resistentes.
Lubricación
Para que el sexo anal se practique de forma más cómoda, se
recomienda el uso de lubricantes, especialmente fabricados para este uso. El
ano no lubrica igual que la vagina, de esta forma, al usar un lubricante,
evitarás desgarro anal, sangrado rectal o pequeños cortes anales ( muy comunes
durante la práctica de sexo anal).
La penetración puede rasgar el tejido interior del ano,
permitiendo que las bacterias y virus entren en el torrente sanguíneo. Esto
puede aumentar la propagación de las
infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH. Los estudios han sugerido
que la exposición al VIH anal plantea 30 veces más riesgo para la pareja
receptiva que la exposición vaginal. La exposición a los virus del papiloma
humano (VPH) también puede conducir al desarrollo de verrugas anales y cáncer
anal. El uso de lubricantes puede ayudar a algunos, pero no evitar
completamente rasgado.
Dolor anal
Los datos aportados por una encuesta realizada en 2012,
Encuesta Nacional y Comportamiento, nos muestran que el sexo anal puede ser
doloroso para muchas personas, sobre todo para las mujeres.
El 70% de las mujeres que practicaron sexo anal,
coincidieron en que les resultaba doloroso. Este dolor es moderado o grave. La
conclusión que se desprende es este estudio, es que, en comparación con el sexo
vaginal, las mujeres y hombres que experimentaron dolor durante el cacto, lo
comentaron con sus parejas.
Lo más aconsejable, en el caso de sentir dolor, es
interrumpir las relaciones. De todos modos, si prefieres seguir con el acto,
pueden intentar probar otras formas o posturas.
En definitiva, cuando mantengamos relaciones de sexo anal,
no olvidar el uso del preservativo, y aconsejable el uso del lubricante. Las
relaciones serán más agradables y placenteras.
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