Si tuvieras que elegir entre comerte un rico bombón y
practicar sexo alucinante, ¿Qué elegirías?
Si te cuesta tomar una decisión, es porque el sexo y la
comida son dos de los deseos humanos más fuertes y más estrechamente vinculados:
“La satisfacción de comer una deliciosa comida y la satisfacción de mantener
relaciones sexuales, activan los receptores del placer en el cerebro.
Si no quieres renunciar al placer que te proporciona un buen
dulce, pero quieres mantener la línea, utiliza tus relaciones sexuales como
ejercicio.
Existen ciertas posiciones sexuales, en las cuales activas
los músculos y haces ejercicio al mismo tiempo.
Estas posturas son:
Postura
del misionero: esta postura suele utilizarse cuando uno es perezoso, está
cansado o simplemente no le interesa mucho practicar sexo. A pesar de ser una
de las opciones más pasivas para la mujer, para el hombre, al estar en la parte
de arriba, es un buen entrenamiento. Depende del entusiasmo que le pongas a tus
relaciones, pero si el empuje es generoso, el misionero puede ser una buena
para hacer ejercicio con los abdominales. Céntrate en la elevación de la pelvis
mediante su centro, no en la espalda baja. También puedes fortalecer los
glúteos, apretando las nalgas
Postura
del perrito: en esta posición se trabajan tanto los cuadriceps como los
glúteos ya que la mujer tiene que estar a cuatro patas. Si en vez de tener las
manos en la cama, las tienes contra la pared, en cierto modo, estarás usando la
parte superior del cuerpo para ayudar al empuje, ejercitaras los hombros y
entrenarás la parte superior del torso.
Vaquera:
con esta posición, ejercitamos la parte inferior de las piernas, el culo y el
núcleo. Si variamos un poco la postura básica, y hacemos una sentadilla sobre
el chico, también trabajaremos piernas y caderas.
Loto:
al igual que la posición del misionero, esta postura es una de las más pasivas.
Sin embargo, los músculos utilizados son el mismo que en la posición anterior.
El núcleo estabiliza el cuerpo y los glúteos trabajan durante el empuje.
De pie:
Es una de las posiciones más difíciles. Aquí entra el juego la parte superior
de los brazos. Si la mujer se sujeta
sobre las piernas, los músculos de las piernas trabajan para mantener la
posición vertical y el equilibrio. Si envuelve las piernas alrededor de la
pareja, necesitara más fuerza en los brazos para agarrarse.
Tijeras:
es una de las menos intensas. No hay sujeción del peso corporal lo cual hace
que la penetración sea más suave y lenta.
Puente:
con esta posición, la mujer queda mirando hacia arriba, usando las cuatro
extremidades y manteniendo el peso corporal. No es una postura para hacer
durante mucho rato.
Añade a todas estas posturas lubricantes de sabores y tus relaciones serán mucho más dulces.
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